En las últimas horas don
Trabajo mostro su lado más pinche. Tenía todo preparado para hacer el transfer
cuando una de las computadoras se apagó de buenas a primeras. Lo que tenía una
pronta solución se convirtió en un problema técnico de magnitudes
inexplicables. Por la grande obra de mi
Neurosis o sépase la chingada había olvidado la clave de acceso. Después de
tres fallidos intentos, la computadora se blindo de una extra-seguridad
prohibiéndome acceso alguno. ¿Qué esperas habla al tek-support? —ordeno la gonorrea de don Trabajo. Eso solo era el principio. El
siguiente problema surgió por de facto al
no tener los números de atención al cliente. ¡Cárgueme la chingada! —grite
desesperado. Era fácil conseguir los números del tek-support durante el día
¡pero no a las nueve de la noche! ¡Wow! —dije entre suspiros. ¿Cómo era la
vaina? Justo antes de partir sucedía esto y encima de todos los tumultos que
venían suscitándose. Me tranquilizo un poco pensar que esto no era un acto de
auto-sabotaje sino más bien una
manifestación de mi Maldición Maldita. Podía esperar al día siguiente y
solucionar todo en 30 minutos. Era lo más lógico pero no podía perder el
transfer. El circo debía trasladarse si o si porque la primera función estaba
programada para este sábado. Siempre era lo mismo con éste señor, tan al
pendiente del bienestar del circo pero a la misma vez buscando la manera de
hacerlo fracasar.
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